Carta #37 - Historias olvidadas de un cuento perdido

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Estimado Lobo Feroz,

El corazón a veces es nuestro enemigo y un mal consejero. Pensamos que morimos por amor, pero realmente la eternidad no existe aunque los recuerdos sean imborrables y la agonía es parte de la vida.
Dejé a Caperucita porque en mi cama sólo estuvo su cuerpo y jamás quise que mis brazos fueran su prisión. Entendí que su historia tenia otro protagonista y yo simplemente fui un actor secundario, y había noches que pensaba que era un extra.
A todos nos gusta el tequila, a muchos las manzanas y yo muero por un café. ¿Qué vas a tomar tu?

Con envidia pero resignado,
- Sir Robin de Locksley.

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